En memoria amorosa de
Roberto Chaves Cortés
(1955 – 2024)
Presidente y fundador
Presidente y fundador de la Fundación Karis, dejó una huella imborrable en la vida de miles de personas. Su historia es la de un hombre altruista y soñador que supo combinar su visión empresarial con un profundo compromiso social, demostrando que la verdadera grandeza radica en servir a los demás.
Durante su carrera como ejecutivo en Vogue Cosmetics Laboratories S.A. , Roberto desarrolló habilidades gerenciales y estratégicas que más tarde pondría al servicio de una causa mucho más grande que cualquier logro corporativo: transformar comunidades. Su vida estuvo marcada por la empatía, la escucha atenta y un genuino deseo de marcar una diferencia real en la vida de quienes lo rodeaban.



Inspirado por el significado de “Karis” —del latín Charis, que significa gracia, un regalo inmerecido—, Roberto entendió que había recibido más de lo que merecía y decidió compartirlo con quienes enfrentaban la vida sin las mismas oportunidades. Fue así como nació la Fundación Karis, con la misión de brindar educación, formación y acompañamiento integral a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad en Altos de Cazucá (Bogotá–Soacha, Colombia).
El legado de Roberto Chaves Cortés se refleja en cada acción y en el compromiso constante de servir a las comunidades vulnerables. Su visión de una educación integral, centrada en valores y principios con propósito, es la base sobre la que se ha construido el Liceo Nueva Vida y todos los programas que se desarrollan allí, impactando vidas y transformando entornos.
Roberto no sólo soñó con un cambio: lo trabajó todos los días. Caminó las calles de las comunidades, escuchó sus necesidades, diseñó proyectos y se aseguró de que cada acción tuviera un impacto duradero. Su liderazgo inspirador formó equipos comprometidos y tocó los corazones de familias enteras, dejando en cada una la semilla de la esperanza y el deseo de superación.
En Karis creemos que, así como una vez recibimos un regalo inmerecido —la oportunidad de vivir con identidad, propósito y dignidad—, estamos llamados a compartirlo con otros, sin importar si lo merecen o no. Esta convicción, que Roberto nos dejó como herencia, nos impulsa a seguir educando, formando y sirviendo, llevando herramientas, esperanza y oportunidades a quienes más lo necesitan.